El tiempo en C1 pasa lento. Tiempo lento y montañas por todas partes. No tan lento como en C2 y C3, pero pasa lento. Un día aquí debe de ser como dos o tres en la vida normal. Llevamos aquí doce días y parece que ya haya sido un mes.
En estos dos días hemos mantenido conversaciones interesantes con los argentinos Pablo, Max y Javi. El primero es guía de montaña y venía aclimatado por haber estado en Perú casi un mes. Los otros dos con cámaras hiperbáricas en sus casas. Buena gente a la que no me importaría cruzarme en un futuro. Pablo es el que estuvo más cerca de hacer cima, pero según él «a pocos metros de la cumbre me encontré una placa de hielo, me acordé de mi hijo y me di la vuelta«. Ellos se marcharon para Osh a mediodía de nuestro primer día de descanso, prácticamente a la vez que llegaban a C1 los vascos Mikel y Unai. Estos por lo que nos cuentan no han pasado buena noche en C2. Comieron con nosotros y se bajaron a CB a seguir aclimatando todavía más bajo. Con esta que tendrán que hacer ya van 3 subidas CB-C1, vaya buena forma de aclimatar.
La comida ha sido buena, mejor que la media de días atrás. Miedo da subir para arriba a pasar fatigas. (Rollito de queso, huevo y carne, todo envuelto en pan frito con cebolla)
Hemos tenido tiempo para charlar y echarnos una foto con nuestro Doctor Ek Raj, un auténtico crack de origen nepalí, e incluso Pablo ha ligoteado con Alice, una chica de la organización.
Pablo con Alice y Azat.
Tambien hemos decidido el plan para el «Summit Attack» según la ventana de tiempo que hemos estado viendo. Es nuestra última oportunidad.
- 11 Ago. (04:00am) C1 a C2
- 12 Ago. (10:00am) C2 a C3
- 13 Ago. (01:00am) C3 a Lenin
Al final se le coge el gusto a esto. Un ritmo de vida pausado, sin hacer gran cosa y con los pensamientos vagando por mil estaciones.
Estos días intento buscar similitudes con el viaje a Perú, pero no lo consigo. ¿Será porque la primera vez siempre es más intensa? Las montañas son montañas, pero como con las personas, cada una se siente diferente. Con el viaje a Alpes ni lo intento.
Lo que si es similar es el sentido de todo, el por qué. No existe. Sigue sin existir y no creo que exista hasta que deje de practicarlo, ahí sí que habrá un motivo y un sentido. Pero no es el momento, todavía no.
Es increíble como en el día a día buscamos cosas y acciones que sean funcionales y luego aquí nos emocionamos con lo inútil.
También he pensado sobre algunas cosas que me gustaría haber hecho, y dicho, antes de venir. Alguna carta que escribí y no tuve el momento de dar. Ya con perspectiva, mejor así. También lo mismo mando una postal, por si acaso, porque «hay que ir a ver».
A todo esto ha llegado Zsolt, y sí, con la cima bajo el brazo. Nos ha estado contando algunos detalles y, por lo que parece, «ni se ha despeinao el tío». A la tercera le va la vencida. Me alegro enormemente. Nos ha dicho que nos ha dejado en C3 lo que le ha sobrado de gas y comida. Auténtico crack. Si finalmente consigo la cima, se la debo en gran parte a él, ya que si no no hubiera podido aclimatar en el ciclo C2-C3-C1.
Gracias, Zsolt.